miércoles, 15 de mayo de 2013

El método cualitativo: la Etnografía

 Ángela Viviana Pérez Gómez 

 Introducción

La etnografía se entiende desde tres perspectivas: enfoque, método y texto. Como enfoque, la etnografía busca la comprensión de los fenómenos sociales desde el punto de vista de aquellos sujetos que la integran. Como un método de investigación que es realizado en terreno y donde caben las encuestas, la observación participante y la entrevista dirigida. Finalmente, como texto, el resultado, la descripción textual de los comportamientos de culturas particulares (Guber, 2001).


Etnografía 

Etimológicamente, etnografía se entiende como el estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los pueblos (RAE). Este enfoque se sustenta de manera específica desde el elemento distintivo de las ciencias sociales: la descripción. Por otro lado, existen tres ámbitos de comprensión: el primario o reporte, la explicación o comprensión secundaria y la descripción o comprensión terciaria. Cada uno de estos ámbitos responde a una pregunta específica, respectivamente: ¿qué?, ¿por qué? y ¿cómo es? La etnografía ha sido interpretada como un método simple, una descripción del objeto que se estudia, donde los datos se recopilan de cualquier manera, sin llevar un proceso específico para ello. Esta misma simplicidad se ha llevado a la práctica en disciplinas como la antropología, la sociología, entre otras, homologándola con la acción participante y excluyendo otras técnicas que cobran importancia en la puesta en práctica de la etnografía. Esta reducción se presentó por el desarrollo histórico que vivió esta disciplina, en los siglos XIX y XX, en el contexto de la diferencia que se establecía entre la recolección de datos y la generación de nuevas teorías (Mora, 2010).

En la actualidad, la etnografía es entendida como un proceso de descripción/interpretación, por medio del cual se elabora una interpretación de lo que piensan, dicen y actúan los sujetos bajo observación, que se realiza a través de un trabajo sistemático encaminado a un contexto específico. Es así, entonces, como esa "descripción" no es lo que ellos creen, tampoco es su mundo, sino una conclusión basada en la interpretación del investigador (Guber, 2001; Mora, 2010).

Esta conclusión es el resultado de la articulación entre una elaboración teórica que tiene el investigador y el contacto que tiene con el o los individuos observados. 

Transcurridos más de 50 años desde la institucionalización de la etnografía como método antropológico, existe un consenso acerca de sus componentes mínimos: el etnógrafo debe estar en el terreno en el cual está el objeto de estudio, procurar una estancia prolongada y una convivencia cercana; además, debe involucrar la cotidianidad del individuo o individuos bajo observación.

El método etnográfico involucra un proceso tanto descriptivo como interpretativo, por medio del cual el etnógrafo elabora una representación del individuo al cual observa. Este proceso se realiza a través de la interacción directa que el etnógrafo establece con el objeto bajo observación, y su objetivo principal es generar estructuras conceptuales que permitan comprender la forma en que actúa o en que el "otro" entiende y representa la realidad. La necesidad que tiene el investigador o etnógrafo de entrar en contacto y relacionarse con el objeto bajo observación hace necesario el trabajo de campo. Para que el investigador realice un buen trabajo de campo y pueda lograr su objetivo es necesaria una preparación tanto teórica como procedimental. Con la preparación teórica hacemos referencia al saber qué buscar y cómo interpretar; cuando hablamos de la preparación procedimental nos referimos a cómo buscar.

Es necesario, entonces, buscar siempre integrar estas dos perspectivas, teórica y práctica, para lograr la vinculación entre lo que se establece desde la teoría y la contextualización social que se realiza en el proceso investigativo. Esta relación hace posible la reflexión acerca de las decisiones que se deben tomar en el trabajo de campo, así como las condiciones en las cuales se lleva a cabo el proceso de investigación.

En el trabajo de campo del etnógrafo es necesario seguir algunos pasos de forma paciente y sistemática para poder lograr los objetivos propuestos; estos se denominan principios metodológicos (Malinowski, 2001), y son: 1) el investigador debe tener solo propósitos científicos y conocer los criterios y normas de la etnografía moderna; 2) tener un buen lugar para realizar el proceso de observación, sea este el mismo donde habita el sujeto observado o uno diferente, y 3) utilizar métodos precisos para la recolección de datos, su manejo, análisis y prueba de hipótesis.

El etnógrafo no solo debe tener listas las redes en el lugar en el cual realizará la observación, los resultados de la etnografía no se obtendrán solo por una buena experiencia práctica, es necesario que tenga un bagaje en documentación etnográfica, los resultados de investigaciones previas, sus principios y objetivos plenamente identificados. Debido a ello se le pide al etnógrafo una buena preparación teórica y estar actualizado con los datos más recientes. No es lo mismo estar lleno de ideas preconcebidas, que estar preparado y actualizado en el campo bajo investigación.

Una de las características del etnógrafo que emprende un trabajo de investigación es que durante el proceso de observación debe estar dispuesto a modificar sus puntos de vista al tener nueva evidencia. Mientras más dispuesto esté a amoldar sus teorías, tendrá un mejor resultado en su observación y en los resultados.

El etnógrafo y el trabajo de campo que debe realizar para cumplir con uno de los componentes mínimos de la etnografía son guiados en las ciencias sociales por medio de dos paradigmas: el naturalismo y el positivismo. El naturalismo propone que se realice una integración del investigador o etnógrafo con el o los sujetos que son observados, transformándolo en un individuo más que aprehende la reglas sociales de quienes integran la comunidad. Al entender esto se comprende que la intención del investigador no es explicar una cultura, un evento, sino, más bien, interpretarlo o comprenderlo (Guber, 2001). Para cumplir este objetivo existen varias técnicas, las más idóneas son aquellas que se caracterizan por ser poco intrusivas en la cotidianidad que se observa, como la observación participante y la entrevista a profundidad o no dirigida.

El positivismo busca establecer leyes universales que de alguna manera expliquen hechos particulares que suceden en el contexto observado. En esta perspectiva, el investigador se acerca al objeto bajo observación de forma "neutral", así se genera una teoría o hipótesis, la cual se lleva a verificación por parte de otros investigadores, de esta manera la teoría debe ser confirmada o falseada. Para que este proceso pueda ser replicable es necesario que se estandarice, al aplicar herramientas como la encuesta y la entrevista dirigida.

Tanto el positivismo como el naturalismo tienen debilidades, una de ellas es que se niega el investigador y la posible intervención que este tiene en los datos obtenidos en su observación. Dicha debilidad ha generado una amplia controversia, lo cual ha generado varias teorías que, de una forma u otra, intentan explicar la relación del investigador etnográfico con el mundo que observa. La teoría de la correspondencia dice que todos los relatos que realiza el etnógrafo posterior al proceso de observación representan esa realidad. La teoría interpretativa defiende que los relatos del etnógrafo no son un reflejo del mundo exterior, sino, más bien, una interpretación que el investigador hace de la realidad que observó. Las teorías constitutivas sostienen que los relatos que realiza el etnógrafo manifiestan la realidad que construyen estas descripciones, dicha teoría hace uso del concepto de "reflexividad", término introducido por la etnometodología.

Harold Garfinkel, fundador de la etnometodología, propone que los individuos de una comunidad o sociedad no reproducen las normas preestablecidas, sino que, más bien, los individuos o actores de las sociedades interactúan permanentemente en un contexto determinado, y así son productores y ejecutores de la sociedad a la cual pertenecen (5). Los individuos o actores que participan en un contexto determinado actualizan reglas y normas, de esta manera se interpreta la realidad social en la cual se desenvuelven y se generan los contextos en los cuales las acciones adquieren sentido.

Para la etnometodología, el método ideal para reproducir y comprender la sociedad es el lenguaje. Fue empleada hacia los años cincuenta y sesenta como herramienta integradora de la etnografía. Se consideró que la descripción emic es la que se da desde la perspectiva del nativo o individuo que se observa, y la etic es la que se da desde la perspectiva del investigador o etnógrafo. La diferenciación de estas dos perspectivas fue una de las críticas a la etnometodología, dado que se consideraba que según las necesidades del investigador se podría emplear una u otra perspectiva del lenguaje.

Hace un tiempo se consideraba que la etnografía carecía de sistematicidad; sin embargo, adquirió relevancia e identidad como técnica para la obtención de la información que persigue el etnógrafo: la observación participante. Marshall y Rossman, en 1989, definieron la observación participante como: "la descripción sistemática de eventos, comportamientos y artefactos en el escenario social elegido para ser estudiado" (Kawulich, 2005). La observación participante ha sido considerada una herramienta principal en estudios antropológicos, especialmente en estudios etnográficos.

La observación participante consiste en dos actividades principales: la observación y la participación. Observar detenida y detalladamente todo lo que sucede en el contexto que se está observando y participar en las actividades de la población. El grado en el cual el observador se involucra en la participación de la cultura bajo estudio marca una diferencia tanto en la cantidad como en la calidad de los datos que se recolectan. Buford Junker y Gold describen cuatro tipos de posturas que puede adquirir un investigador de campo:

  1. Participante completo: es aquel que se vuelve un miembro más del grupo que se estudia, y oculta su rol de investigador, con el fin de evitar al máximo la posibilidad de irrumpir en la cotidianidad de la sociedad y sus actores.
  2. Participante como observador: el investigador hace parte del grupo estudiado, y el grupo tiene claro el proceso y la participación en la investigación. 
  3. Observador como participante: el investigador participa en las actividades del grupo, teniendo claro que el objetivo principal es recolectar información, también lo sabe el grupo en el cual se participa y al cual se observa. 
  4. Observador completo: en esta perspectiva, el observador está completamente oculto en cuanto observa o, por otro lado, puede estar a plena vista de los sujetos, pero ellos desconocen que se está realizando una observación. 

Estas posturas tienen pros y contras, tanto desde la perspectiva técnica de investigación como desde la perspectiva ética; no existe una posición definida acerca de cuál es la mejor, esto se deja a consideración del grupo de investigación y la pregunta que se busca responder.

La etnografía es el método mediante el cual el investigador produce datos, y el texto es la evidencia de estos hallazgos. El texto etnográfico está constituido por diferentes elementos, que son: 1) la pregunta o problema bajo investigación; 2) la interpretación o explicación; 3) la evidencia necesaria para la formulación del problema y su resolución, es decir, los datos recolectados, y 4) la organización de los elementos previamente mencionados en una secuencia argumenta (Guber, 2001). Un argumento es definido por la Real Academia Española como un razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición, o bien para convencer a alguien de aquello que se afirma o se niega; implica conclusiones, interpretaciones, explicaciones, acerca del comportamiento de un individuo o un pueblo, que provee el fundamento que constituye la evidencia.

Conclusiones 

La etnografía brinda la oportunidad de acercarse a la realidad de un individuo o grupo de individuos con el objetivo de obtener información acerca de la pregunta bajo investigación, y para comprender e interpretar la realidad observada.

Como método integrativo, la etnografía tiene la facultad de comportarse como un enfoque, un método y un texto que se nutre de diferentes herramientas para la construcción de un proceso de descripción/interpretación de la realidad observada, que se articulan en el marco del trabajo de campo. Comprender la etnografía de esta forma permitirá acercarnos a entender la diferencia entre el método y la técnica.

Para los profesionales de la salud interesados en comprender mejor el padecimiento de su paciente, la etnografía es una opción para interpretar, a través de la observación, la manera como este y su entorno experimentan el proceso de salud, y la forma como se ve o no afectada su relación con el medio y su vida diaria. De esta forma, puede llegar a comprender la diferencia entre lo que el médico piensa que es enfermedad y lo que el paciente considera que es o no anormal.

Referencias 


Guber R. La etnografía. Método, campo y reflexividad. Bogotá: Editorial Norma; 2001.

Kawulich B. La obervación participante como método de obtención de datos. Forum Qualitative Social Research 2005; 6: Art. 43.

Malinowski B. Introducción: objeto, método y finalidad de esta investigación. En: Los argonautas del Pacífico occidental. Barcelona: Península; 2001. pp 37-78.

Mora Nawrath HI. El método etnográfico: origen y fundamentos de una aproximación multitécnica. Forum Qua litative Sozialforschung/Forum: Qualitative Social Research. 2010; 11: Art. 10.

Urbano H. El enfoque etnometodológico en la investigación científica. Liberabit. 2007; 13: 89-91.